PENUMBRA
Penumbra. Animalario estrena su nuevo montaje. Sobre un escenario plastificado, casi adherido al suelo en un mar de plásticos arrugados, hay un entarimado a medio hacer, un boceto de hogar con las paredes desnudas, listones que se cruzan y simulan una casa.En ella una familia desgrana una realidad gris que soporta al borde de la desesperación.
Penumbra no habla de grandes tragedias ni de situaciones insólitas, explora sensaciones que habitan en todos: la resignación, los sueños frustrados, la desilusión y las vidas al límite. Plantea en hora y cuarto, un tiempo breve para una función teatral pero sobrado para exponer un dilema vital, cómo la rutina cotidiana puede imponerse sobre las aspiraciones que un día diseñaron un futuro.
No se trata de una obra reflexiva sino intuitiva. Busca conmover o emocionar antes que teorizar. Pero resulta inevitable que suscite un mayor o menor grado de identidad con el espectador porque en ella están presentes muchos de los temores que compartimos.
Guillermo Toledo, Alberto San Juan, Nathalie Poza y Luis Bermejo afrontan el montaje más personal de la compañía entregando en él su saber hacer y parte de sus propias impresiones. La obra surgió de un taller de la compañía en la que actores y equipo técnico confesaban sus inseguridades. Después, Juan Cavestany y Juan Mayorga dieron forma y límites a un retrato familiar que aspira a ser un reflejo colectivo.
Al final, todo se reduce a una pregunta: ¿Porqué sentimos miedo cuando se apaga la luz? , quizá porque hay temores que siempre nos acompañan.
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